El rooibos es una planta de origen sudafricano. En afrikáans significa «arbusto rojo», y originariamente crecía solo en la región de Cederberg, en el sur de Sudáfrica. Las hojas del árbol se dejan oxidar al sol, y este proceso es el que proporciona a la planta el color rojo característico, y a la infusión su agradable sabor dulzón.
Es un potentísimo antioxidante que combate los daños causados por los radicales libres. Además tiene un efecto benéfico para problemas de la piel, porque tiene propiedades calmantes. Si tenemos en cuenta que al no provenir de la planta del té, no contiene cafeína ni alcaloides semejantes, esta infusión puede ser consumida por todo el mundo.